Es esencial detectar las señales de sueño en nuestros hijos. Un bebé que llega extremadamente cansado a la hora de dormir estará demasiado agotado para dormirse con facilidad. Este estado puede provocar que se queje y llore, y cuando intentes ponerlo a dormir, le será más difícil conciliar el sueño, despertándose más a menudo y teniendo problemas para volver a dormirse.
Por eso, es vital comprender qué es el sobrecansancio, reconocer sus señales y actuar de manera proactiva para evitar que tu bebé llegue a ese punto.
¿Qué es el sobrecansancio?
El sobrecansancio ocurre cuando tu hijo está extremadamente cansado, lo que pone su cuerpo en un estado de sobreexcitación. En este estado, es probable que haya pasado la hora de dormir. Un bebé en estas condiciones está tan agotado físicamente que su sistema de respuesta al estrés se activa. Las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, se liberan en su torrente sanguíneo, dificultando aún más que se relaje y calme. Esto puede convertirse en un ciclo repetitivo: cuanto más cansado está, más difícil es que se relaje y se duerma.
Signos de un bebé hipercansado.
Los bebés muy cansados pueden mostrar los siguientes signos:
- Se frota los ojos o la cara.
- Se toca las orejas.
- Bosteza.
- Se queja, lloriquea, y puede llegar a un llanto inconsolable.
- Se sobreexcita.
Es importante reconocer estas señales para saber cuándo es el momento de llevarlo a la cama.
¿Cómo ayudar a tu bebé sobrecansado a relajarse para dormir?
Lo primero que debes hacer es calmar a tu bebé cuando está demasiado cansado. Una vez tranquilo, puedes empezar a prepararlo para dormir.
Puedes usar las siguientes estrategias:
- Envuélvelo (para los menores de 4 meses).
- Abrázalo.
- Aliméntalo hasta que se calme.
- Mécelo.
- Usa ruido blanco.
- Canta una canción de cuna.
Una vez calmado, puedes comenzar con una breve rutina para prepararlo para dormir:
- Para los más grandes, puedes leer un libro en una habitación con luz tenue.
- Apaga las luces y a dormir.
¿Cómo evitar que se sobrecanse?
Anticípate a los eventos. Si notas que llegas tarde a la hora de dormir, intenta acostarlo 30 minutos antes al día siguiente. Si todo resulta más fácil, sabrás que ese es el momento ideal.
Además, es importante conocer los tiempos de vigilia de tu pequeño según su edad para saber cuánto tiempo puede estar despierto después de su última siesta.
A grandes rasgos, los tiempos de vigilia son:
- Un recién nacido: de 45 minutos a 1 hora.
- Un bebé de 6 meses: entre 2 a 2:30 horas.
- Un bebé de 12 meses: entre 4 a 5 horas.
- Un niño de 2 años: entre 5:30 a 6 horas.
Procura no exceder estos tiempos y todo te resultará más fácil. Asegúrate de que tu bebé haga las siestas adecuadas según su edad y respeta sus tiempos de vigilia. Así evitarás el sobrecansancio y asegurarás un mejor descanso para tu bebé.
Si te sientes perdida y no hay manera de superarlo puedes ponerte en contacto conmigo.
¡Felices sueños!