La rutina antes de ir a dormir es una parte esencial de los hábitos del sueño saludable del bebé y del niño pequeño. Una de las maneras más fáciles de ayudar a tu hijo a dormir bien es mediante el establecimiento de una rutina de sueño relajante.
Los bebés y los niños pequeños disfrutan de las rutinas y la creación de una rutina consistente para dormir puede tener enormes beneficios para ti y tu bebé durante toda su infancia.
Establecer una rutina del sueño para ir a dormir que, noche tras noche, repita los mismos pasos, facilita el sueño en los niños, les proporcionan seguridad y confianza al saber que la hora de acostarse se acerca. Tu bebé estará más relajado si sabe lo que viene después y mientras más relajado esté, más probable será que se duerma tranquilo, le sea más fácil conciliar el sueño y se despierte con menos frecuencia.
Pero, ¿cómo puedes elaborar la rutina perfecta a la hora de acostar a tu bebé?
Consejos a tener en cuenta:
Estas rutinas para ir a dormir deben comenzar a establecerse a edades tempranas. Alrededor de las 8 y 10 semanas, el bebé ya está preparado para comenzar una rutina fija todas las noches. La edad y el temperamento de tu bebé o niño dictan la duración de su rutina para ir a dormir.
Los recién nacidos necesitan rutinas relativamente cortas (5 minutos pueden ser suficientes), mientras que el niño pequeño puede necesitar rutinas más largas para acostarse, ya que necesitarán más tiempo de relajación. Los niños con mucha energía también pueden necesitar rutinas más largas para acostarse.
Su rutina debe comenzar aproximadamente a la misma hora cada noche. Establecer una hora concreta y procurar seguirla. El reloj interno del bebé se ajusta más rápidamente a la rutina si ésta sigue un patrón natural y constante. A los niños les gusta tener una hora definida para irse a la cama y para despertarse, aunque esto no significa que no se pueda ser flexible cuando la ocasión lo requiera.
Eliminar el ambiente estimulante. Reduce el nivel de actividad aproximadamente 20-30 minutos antes de comenzar la rutina para ir a dormir, cambia las actividades por algunas más tranquilas y calmadas.
Evita alimentar a tu bebé a dormir. Asegúrate de que la alimentación no es la última etapa de su rutina. Pon a tu hijo en la cuna somnoliento, relajado y tranquilo, pero no dormido.
Sugerencias que puedes incluir en la rutina para ir a dormir a tu bebé o niño pequeño:
- Baño relajante agradable.
Bañar a tu hijo puede ser una experiencia relajante y hacer que tu bebé esté calentito, limpio y seco es una gran manera de facilitarle la hora de irse a la cama. Si tu bebé se pone nervioso durante los baños o no los disfruta, probablemente sería mejor eliminarlos del ritual nocturno.
- Incluye masajes.
El masaje es relajante y calmante. Prepara a tu bebé para dormir y le ayudará a asociar sus sentimientos de calma y relajación con el sueño y su cuna.
- Leer un libro de imágenes o cuento / juego suave / cantar una canción.
Leer un cuento: No sólo tu bebé aprenderá a reconocer nuevas palabras, sino que también se beneficiará del tiempo que pasas con él.
Jugar a un juego tranquilo. Jugar a algo tranquilo es una excelente manera de pasar un rato agradable con él antes de acostarlo. Podría ser algo tan sencillo como jugar al cucú (te tapas la cara con las manos y luego vuelves a “aparecer”) o cualquier cosa que lo entretenga sin alborotarlo demasiado.
Cantar una canción: Cantar una canción de cuna siempre ha sido una forma de ayudar a un bebé a dormirse. La melodía suave y tranquilizadora de tu voz puede calmarlo.
Escuchar una canción: Poner una canción suave, música clásica o canciones infantiles mientras preparas a tu bebé para dormir, puede facilitarle la transición para quedarse dormido. También podrías probar un aparato que produce sonidos relajantes o ruidos blancos, que además ayudan a cubrir los ruidos externos.
- Dar las buenas.
A muchos bebés les encanta dar las buenas noches a las personas de la casa y a otros objetos o juguetes; les ayuda a saber que tienen que ir a dormir.
- Transición a su habitación para el cambio de pañal.
La rutina para irse a dormir puede incluir el cambio de pañal, lavarle la cara y las manos o lavarle los dientes.
- Apagar la luz.
Cuando anochece el cerebro produce una hormona llamada melatonina, que induce al sueño. Para mantener el ciclo luz-oscuridad, comprueba que la habitación del niño esté a oscuras. Por la mañana la habitación debe estar iluminada para reducir la melatonina y ayudarle a despertarse.
- Finalizar rutina.
Dar a su rutina un fin definitivo, de lo contrario, puedes tener la sensación de que dura toda la noche!
¡La consistencia es la clave!
Si te sientes perdida y no hay manera de superarlo puedes ponerte en contacto conmigo y te cuento cómo podemos trabajar en su sueño.
¡Felices sueños!