Mi hijo tiene miedo en el momento de ir a la cama. Miedos nocturnos.

Todos a lo largo de nuestra vida experimentamos diferentes miedos y temores, y por supuesto los niños no son la excepción, es normal sentir miedo, ya que es la alerta natural del cerebro y el cuerpo de protegerse.

Si no sintiéramos miedo seríamos unos temerarios y eso sería aún más peligroso que el mismo miedo, podríamos saltar de un precipicio sin mirar atrás.

El cerebro de los niños se ha adaptado a los tiempos modernos y ahora son los monstruos los que acechan a nuestros peques por la noche, ya que estas son las figuras amenazadoras a las que nuestros pequeños están expuestos en los libros y programas de televisión.

Las formas en que tu hijo pueda expresar sus miedos nocturnos dependerán de la frecuencia con la que se asuste, de su edad y habilidades lingüísticas.

Los niños a medida que crecen van pasando por etapas a lo largo desarrollo en la que experimentaran miedos por distintas situaciones.

Es importante tener en cuenta que el miedo no es un enemigo, sino un aliado que nos ayuda a protegernos y ser cautelosos ante situaciones de peligro. Por supuesto es importante que los miedos no sean alimentados, se deben acompañar permitiendo al niño desarrollar las habilidades necesarias para ir superándolos.

Miedos a la hora de acostarse.

El momento de irse a la cama suele ser el momento más aburrido para un niño a la vez que preocupante pues es el momento de desconectarse del mundo y estar solo en una habitación a oscuras, dejar de hacer todo lo divertido para irse a la cama, esto puede generar ansiedad y por supuesto despertar los miedos y temores.

Es común el miedo a la oscuridad, el miedo a la separación, a la soledad, estos serán los miedos más frecuentes a los que nos enfrentaremos en sus primeros años de vida, con el paso del tiempo y ayudándoles desde la calma y la tranquilidad los irán superando.

En muchas ocasiones la clave para ayudarle a superarlos es el acompañamiento, pues guardan gran relación el hecho de que cada día pasamos menos tiempos con ellos y la hora de irse a la cama al final de cuentas es otro momento más del día en el que nos separamos.

No hay que confundir una pesadilla o un terror nocturno con un miedo. Una pesadilla es un mal sueño, el niño despierta consciente y quejándose, tiene la respiración y el corazón acelerado, puedes llegar a despertarle, a la mañana siguiente recordará lo sucedido y se experimentan hacia finales de la noche.

Los terrores nocturnos sin embargo no son tan comunes y son episodios más escandalosos, el niño se levanta, en medio de gritos y chillidos y aunque parezca no está despierto (no es recomendable despertarle), estos episodios suelen prolongarse entre 15 -30 minutos, no suelen recordar nada de lo sucedido al día siguiente, y aparecen en la primera fase del sueño no REM, es decir, a principios de la noche.

Cómo puedes ayudar a tus hijos a que el momento de ir a la cama no le represente un gran temor.

  • Por supuesto aquí la clave siempre será la rutina, la importancia de una rutina para la hora de ir a la cama es vital, puede ya sonar repetitivo, pero es que es de manual que los niños se sienten más seguros y tranquilos sabiendo con anticipación lo que vendrá.
  • Disminuir los estímulos, sobre todo de pantallas y juegos violentos, leer cuentos que no estimulen al niño ni contengan imágenes fantasmagóricas. Los niños aprenden mucho de los libros y la televisión, pero no tienen la experiencia para saber qué es real y qué temas son de fantasía. Para empeorar las cosas, las películas y los cuentos infantiles a menudo están llenos de monstruos, lobos devoradores de niños.
  • Si el pequeño solicita tener una luz encendida que sea una luz tenue y a medida que vaya superando el temor a la oscuridad ir disminuyendo el uso.
  • Utilizar música relajante como parte de la rutina.
  • En el momento de presentarse el miedo, trátalo desde la calma, habla en tono bajo, respira calmadamente, recuerda que ellos se benefician de nuestro estado emocional, si papá y mamá están tranquilos será más fácil que él vuelva a la calma.
  • No hagas reproches alrededor de sus temores, evitar comentarios negativos.
  • Fomenta y refuerza las actividades de valentía.
  • Vigila el exceso de cansancio, un niño sobre cansado esta más expuesto a las pesadillas.
  • Dibujar, pintar también es una herramienta de comunicación increíble y otro gran medio para ayudar a los niños a superar los sentimientos fuertes. Hacer que tu hijo dibuje sus miedos puede ser de gran ayuda mientras tratas de comprender lo que le está sucediendo. Ver la versión dibujada de su monstruo contigo a su lado también puede ayudar a los niños a sentirse más valientes.

Ante los miedos y temores que pueden presentar los niños o los episodios de pesadillas, siempre tendremos en cuenta escuchar al niño, observar detenidamente las actividades que hace en el día y el ambiente, cuidar mucho las frases que decimos para en ningún caso fomentar el desarrollo de esos miedos. Y sobre todo mantener la calma, es una etapa y todo pasará.

Si te sientes perdida y no hay manera de superarlo puedes ponerte en contacto conmigo y te cuento cómo podemos trabajar en su sueño.

¡Felices sueños!