Colecho

En español, la palabra “colecho” no distingue entre dormir en la misma cama con el bebé o hacerlo en una cuna de colecho o sidecar, mientras que en inglés sí existe una diferencia: “Co-sleeping” se refiere a dormir cerca del bebé pero en camas separadas, y “bed-sharing” a compartir la misma cama.

Es crucial que los padres conozcan las circunstancias que pueden aumentar el riesgo para los bebés al practicar el colecho, especialmente en menores de 6 meses. En este sentido, el Comité de Lactancia Materna de la AEP y el Grupo de Trabajo de Muerte Súbita Infantil de la AEP recomiendan lo siguiente:

Para lactantes menores de seis meses, la forma más segura de dormir es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. Hay evidencia científica de que esta práctica reduce el riesgo de SMSL en más del 50%.
La lactancia materna protege contra el SMSL y el colecho favorece la lactancia materna. Sin embargo, el colecho también aumenta el riesgo de SMSL, por lo que no se recomienda en los siguientes casos:
- Lactantes menores de tres meses.
- Bebés prematuros o con bajo peso al nacer.
- Padres que fumen, consuman alcohol, drogas o medicamentos sedantes.
- Situaciones de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
- Colecho en superficies blandas, colchones de agua, sofás o sillones.
- Compartir la cama con otros familiares, niños o múltiples personas.

El Ministerio de Sanidad se refiere a los consejos de prácticas de colecho seguro establecidos por la Academy of Breastfeeding Medicine (ABM) en su protocolo clínico de 2008 sobre colecho y lactancia materna, así como a UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Foundation for The Study of Infant Deaths (FSID), que recomiendan las siguientes pautas, también aplicables al colecho seguro:

Colocar al bebé boca arriba.
Utilizar una superficie plana y firme.
No cubrir la cabeza del bebé.
No practicar colecho si la madre es fumadora o consume medicamentos que alteren la consciencia, alcohol, etc.

Los sofás son muy peligrosos para los bebés, ya que pueden quedar atrapados bajo los cojines. Nunca te duermas o te recuestes con tu bebé en un sofá o butaca.

Las camas de adultos no están diseñadas para bebés. Para prevenir el sobrecalentamiento, la asfixia o que el bebé quede atrapado:

El colchón debe ser firme y liso; las camas de agua, los “bean bags” y los colchones mullidos no son adecuados.
Asegúrate de que tu bebé no pueda caerse de la cama o quedar atrapado entre el colchón y la pared.
La habitación no debe estar demasiado caliente (entre 16-18ºC es lo ideal).
Tu bebé no debe estar demasiado abrigado; no debe llevar más ropa de la que tú usarías.
Las cobijas no deben sobrecalentar al bebé ni cubrirle la cabeza.
No dejes solo a tu bebé en la cama, ya que incluso los bebés muy pequeños pueden ponerse en posiciones peligrosas.
Tu pareja debe estar al tanto de que el bebé está en la cama.
Si un niño mayor comparte la cama, uno de los padres debe dormir entre el niño y el bebé.
Las mascotas no deben compartir la cama con el bebé.

Si tienes alguna pregunta, tu matrona o médico de cabecera deberían poder asesorarte.