Durante la noche, dormimos a través de ciclos de sueño, cada uno compuesto por diferentes fases con características y funciones biológicas específicas. Según la evidencia científica, el sueño se divide principalmente en dos etapas: el sueño REM (Movimiento Rápido de los Ojos) y el sueño N-REM (Sin Movimiento Rápido de los Ojos), que a su vez se subdivide en 4 fases distintas.
Un ciclo de sueño completo suele durar entre 90 y 120 minutos y pasamos por estas distintas etapas, alternando entre el sueño REM y el sueño N-REM. Es importante destacar que estos ciclos de sueño no son constantes a lo largo de la vida; antes de los 4 meses de edad, los bebés tienen un patrón de sueño diferente al de los adultos.
Antes de los 4 meses, los bebés pasan aproximadamente la mitad de su tiempo de sueño en una fase activa (similar al sueño REM) y la otra mitad en una fase tranquila (similar al sueño N-REM). Sin embargo, a partir de los 4 meses, este patrón cambia y los bebés empiezan a integrar las fases del sueño N-REM, lo que a menudo se experimenta como la regresión del sueño a los 4 meses. Esto puede manifestarse en más despertares nocturnos y dificultad para conciliar el sueño.
El ciclo de sueño de los bebés tiene una duración más corta, de unos 45 a 60 minutos, y al final de cada ciclo se producen breves despertares conocidos como micro despertares.
Si te sientes perdida puedes ponerte en contacto conmigo en Contacto y te cuento
cómo podemos trabajar en su sueño.
¡Felices sueños!
