La siesta es fundamental para el desarrollo y crecimiento de los niños, ya que cumple con una necesidad fisiológica vital. Dormir buenas siestas aporta múltiples beneficios, tanto para el descanso como para su bienestar físico y mental.
Por este motivo, no es recomendable hacer caso a quienes sugieren eliminar la siesta de la rutina de tu hijo cuando alcanza los 2 o 3 años, argumentando que ya es “mayor”. A continuación, te explico los beneficios de la siesta, cuántas siestas debería dormir un niño según su edad y hasta cuándo es recomendable que las sigan realizando.
¿Cuántas siestas debe hacer un niño según su edad?
La duración y la calidad de las siestas influyen directamente en el sueño nocturno, y de igual manera, el descanso nocturno afecta las siestas del día. El número y los horarios de las siestas dependerán de la edad del niño:
- Entre 4 y 5 meses: Los bebés suelen necesitar 3 siestas al día.
- A partir de los 6-7 meses: La tercera siesta de la tarde suele desaparecer, quedando 2 siestas diarias.
- Entre los 7-8 meses: Generalmente, hacen 2 siestas al día.
- Entre los 12 y 18 meses: La segunda siesta desaparece, y queda una sola siesta diaria que puede mantenerse hasta los 4 años aproximadamente.
La duración de la siesta depende del tiempo que el niño duerme por la noche. Por ejemplo, a los 4-5 meses un bebé debería dormir entre 14 y 16 horas diarias; si duerme 10 horas seguidas por la noche, puede hacer 3 siestas durante el día de más de una hora cada una. Alrededor de los 14 meses, una única siesta de una hora suele ser suficiente, dependiendo siempre de las necesidades del niño.
La importancia del horario de la siesta.
El momento del día en que se hace la siesta es crucial. Si la siesta es muy tarde, puede afectar negativamente el sueño nocturno, ya que interrumpe el tiempo de vigilia necesario antes de dormir. Es esencial respetar las ventanas de sueño, que varían según la edad del niño. Cuanto más pequeños son, menos tiempo pueden estar despiertos y más siestas necesitan. Por ejemplo, un recién nacido solo puede estar despierto entre 1 y 1,5 horas antes de empezar a sentirse cansado, mientras que un niño de 2 años puede aguantar despierto de 5 a 7 horas antes de necesitar dormir de nuevo.
No respetar estos tiempos puede llevar a que los niños estén demasiado cansados, lo que a menudo los hace más irritables y difíciles de calmar.
Regularidad en la siesta y el sueño nocturno.
Cuanto más regular sea la rutina de siesta, el tiempo de vigilia y la hora de acostarse, más fácil será para el niño dormirse rápidamente. Si bien es importante mantener esta consistencia, también es válido ser flexible en ocasiones.
Otro consejo útil es que los niños duerman la siesta en el mismo lugar donde duermen por la noche, ya que esto les ayudará a asociar ese entorno con el sueño, facilitando que concilien el sueño.
¿Cuándo dejan de necesitar las siestas?
Muchos niños suelen dejar de hacer siesta alrededor de los 4 años. Aquí algunas señales de que tu hijo podría estar listo para dejar de hacer siesta:
- Se resiste a dormir la siesta y tarda mucho en dormirse.
- Aunque no haga la siesta, no parece cansado.
- Si duerme la siesta, le cuesta conciliar el sueño a la hora de acostarse por la noche.
- No presenta signos de fatiga durante la tarde, incluso sin siesta.
Los 4 grandes beneficios de la siesta.
- Mejora el descanso: La siesta ayuda a los niños a descansar bien y les proporciona energía para el resto del día.
- Desarrollo físico y mental: Es esencial para el crecimiento y desarrollo cognitivo y emocional de los niños.
- Consolidación de aprendizajes: Durante el sueño, el cerebro procesa la información y experiencias del día, lo que favorece el aprendizaje.
- Regulación del organismo: Las siestas son necesarias para mantener un buen equilibrio biológico, evitando la hiperactividad y asegurando un mejor funcionamiento del cuerpo.
Despertares nocturnos y la falta de siesta.
En algunos casos, los despertares nocturnos pueden estar relacionados con la falta de sueño durante el día o con una siesta insuficiente. Cuando el tiempo total de sueño no es suficiente, es más probable que el bebé se despierte durante la noche.
En resumen, las siestas son esenciales para garantizar que los niños descansen lo suficiente y estén bien durante el día. A medida que crecen, las necesidades de sueño cambian, pero es importante respetar sus tiempos de descanso para favorecer un desarrollo saludable y un mejor sueño nocturno.
Fuentes: Elisabeth Pantley, Dr. Jodi Mindell, National Sleep Fundation
¡Felices sueños!