Cómo debe dormir un bebé recién nacido.


Hasta hace unos años, se creía que la postura más adecuada en la que debía dormir un recién nacido era boca abajo (decúbito prono). Sin embargo, con el tiempo se comprobó que esta posición aumenta el riesgo de que el bebé pueda sufrir muerte súbita, de modo que, desde entonces, la recomendación ha cambiado.

Hoy te hablamos de cuál es la manera correcta de acostar a un bebé recién nacido y te explicamos qué otras recomendaciones has de tener en cuenta para que tu peque esté seguro mientras duerme.

¿Cuál es la posición correcta para dormir de un recién nacido?

Durante mucho tiempo se creía que lo más seguro era poner a dormir al bebé boca abajo porque, si estaba boca arriba, en caso de que vomitara o tuviera reflujo, podría ahogarse. Sin embargo, por la ubicación de su tráquea, es poco probable, por lo que dormir boca arriba es lo más seguro para un recién nacido.

La postura boca abajo sí tiene riesgos. En primer lugar, ejerce presión sobre la mandíbula del bebé, estrechando las vías respiratorias y, en consecuencia, dificulta la respiración. En segundo lugar, hay más posibilidades de que acabe respirando su propia exhalación, por lo que disminuiría el nivel de oxígeno en su cuerpo y se aumentaría el dióxido de carbono. El riesgo se incrementa aún más si hay cojines, peluches o mantas gruesas en la cuna, porque su carita podría quedar atrapada.

¿Y qué pasa si el bebé duerme de lado? La postura de lado tampoco es recomendable en los bebés menores de 6 meses, porque podrían girarse y acabar igualmente boca abajo.

¿Cómo debe ser el colchón de la cuna?

Es muy importante escoger un colchón adecuado para la cuna del bebé, que se adapte a las necesidades de su cuerpo en esta primera etapa de crecimiento y que sea seguro.

Como recomiendan desde blogdeldescanso.com, el colchón para el bebé tiene que ser firme, pero adaptable, de modo que distribuya bien el peso corporal para una correcta postura de la columna vertebral. También es importante que el material sea transpirable para evitar que se acumule humedad y puedan generarse bacterias y para que no se generen bolsas de CO₂ (si no circula bien el aire).

El tamaño debe coincidir con el de la cuna. Hay una medida estándar de 117 X 57 cm, que se corresponde con las cunas de 120 X 60 cm, pero es posible también encontrar tamaños especiales si la cuna es distinta. En lo que respecta al grosor, lo ideal es que ronde entre los 12 y los 18 cm de alto. Menos sería demasiado fino y no es aconsejable, y más grueso, no es necesario.

Los mejores materiales son los muelles ensacados, las espumas perfiladas, el látex y la fibra de coco.

¿El bebé necesita almohada?

No, los bebés recién nacidos no deben dormir con almohada porque su cuerpo aún no está formado anatómicamente como el de un niño más mayor o un adulto, de modo que su cabeza es proporcionalmente más grande que el resto y el cuello aún es muy pequeño. Por esto, la almohada ni le aporta comodidad ni le brinda el apoyo adecuado, puesto que, en realidad, fuerza la curvatura de su cuello y desalinea su columna vertebral.

Por otro lado, incrementa el riesgo de asfixia (la cara del bebé podría quedar atrapada e impedirle respirar). En definitiva, no la necesitan ni es conveniente que la usen, al menos, durante sus primeros 24 meses de vida.

Podrían empezar a usarla entre los 2 y los 3 años, momento en que su cuerpo ya empieza a asemejarse más al de un adulto. Te recomiendo echarle un vistazo al artículo ¿Cuándo empezar a dormir con almohada?

De todas maneras, no sirve cualquier almohada y debe estar adaptada a su edad. Tiene que ser fina para que su cabeza, su cuello y su espada queden alineados, de firmeza baja y bastante mullida, en caso contrario, podría dañar sus cervicales. Además, debe ser de la misma longitud que el ancho de la cama, de modo que al girarse el niño, siga estando apoyado en ella.

Otras recomendaciones

Además de acostar al bebé boca arriba, utilizar un colchón adecuado y no colocar almohada en la cuna, es aconsejable también tomar otras medidas para dormir al bebé de manera segura:

  • Mientras el bebé duerme, quitar de la cuna peluches, para evitar que puedan cubrirle la cara e impedirle respirar.
  • Procurar que las sábanas de la cuna queden bien ajustadas, para evitar que el bebé pueda enredarse en ellas y no colocar mantas gruesas o pesadas.
  • No abrigar al bebé más de lo necesario y controlar que la temperatura de la habitación no sea muy elevada. Es muy importante evitar el sobrecalentamiento, puesto que los bebés y los niños son más vulnerables a la hipertermia (se le suele llamar golpe de calor).

Es aconsejable que el recién nacido duerma solo

Se recomienda evitar dormir con el bebé al menos hasta los 3 meses de edad y especialmente en caso de prematuros o bebés con bajo peso al nacer.

No es aconsejable compartir cama con el bebé si alguno de los padres consume tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes u otros que les dificulten despertarse. Tampoco debe hacerse en situaciones de extremo cansancio, como por ejemplo, en el postparto inmediato, ni es bueno que lo hagan con otros niños ni con animales domésticos, ya que no controlan tanto sus movimientos al dormir.

Ten en cuenta también que nunca se debe acostar al bebé sobre superficies muy blandas, colchones de agua o sofás, ya que podría girarse boca abajo o hundirse demasiado y quedar atrapado sin poder respirar.

Por último, si quieres practicar colecho, es conveniente que utilices una cuna o minicuna que se pueda acoplar a la cama, así tienes cerca a tu bebé, pero te aseguras de que descansa en las condiciones correctas para reducir cualquier riesgo.

Conclusiones

En resumen, para que tu bebé descanse seguro, recuerda que siempre debes acostarlo boca arriba, quitar cualquier objeto blando de la cuna y evitar el sobrecalentamiento. Ten en cuenta también escoger un colchón adecuado para su edad y que no es conveniente que el bebé use almohada.

FUENTE: Asociación Española de Pediatría (AEP) y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI).

La AEP en su informe de 2014 “Colecho, Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) y lactancia materna. Recomendaciones actuales de consenso”